viernes, 13 de abril de 2007

¿La Muerte?


A propósito del libro "Sostiene Pereira de Antonio Tabucchi

¿La muerte?, pobre Pereira. Un muerto prematuro que vive en la angustia de ésta. ¿Quién es capaz de vivir inmerso en el pasado y huirle al presente?, ¿Quién es capaz de predeterminar la muerte de otros pensando en un futuro exitoso?

Ese es Pereira. Un hombre perverso consigo mismo, que se abstiene de vivir la realidad. Prefiere ignorarla antes que dejarle de hablar al retrato de su fallecida esposa, antes que abandonar su página cultural del Lisboa, su cuchitril de oficina y el rutinario omelet que contribuye a su obesa figura.

Que paradoja que Pereira sostenga todo menos su propia vida. Es una presencia fantasmagórica que deambula por las calles de una ciudad que alberga gritos republicanos y nacionalistas, curas y policías, fiestas y muertos, inocentes y culpables, meseros que lo saben todo y periodistas como Pereira que no saben nada, porque sencillamente no quieren saberlo. Prefiere ser como aquel muro grafitiado de la carnicería de aquel judío. Un muro que ha sido testigo, pero que ha sido lavado, al igual que la cabeza de Pereira.

Para Pereira poca importancia tiene aquel hombre que yacía muerto sobre la carretilla de melones; al igual que las revueltas; que las sospechas de Cielo, la celadora; que la mujer del tren con una pierna de palo; que Marta, la novia de Rossi; y hasta el mismo Rossi con sus problemas de chico enamorado.

Un comienzo expectante, un avance aburrido y un final poco interesante, más bien predecible. Eso es Pereira.

Mucho detalle, hasta repetitivo. ¿Cómo olvidar los fritos de la Celadora, o el café de los intelectuales?

Sostiene Pereira es un libro bastante detallado, lo que facilita poder imaginarse los lugares que Pereira visita. Puede decirse que ése es un punto a su favor, pues el lector se recrea haciendo uso constante de su imaginación.

Además de utilizar varios narradores que en momentos hacen creer que Pereira dialoga directamente con uno, pero en otros, cuando el libro insiste en la frase que dice: “sostiene Pereira”, puede uno llegar a especular sobre la muerte de Pereira.

El final de Sostiene Pereira reafirma la intuición del lector, cuando cansado de tanta descripción y detalle sin mucha acción del protagonista se esperanza en que en unas páginas más adelante pase algo que haga reaccionar a Pereira. ¿Y que otra cosa podía ser más eficaz, que el asesinato de su querido Rossi?.

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